Los profesionales ocupados experimentan muchas presiones que impiden su capacidad para obtener cantidades óptimas de sueño. Trabajar por turnos, en distintos husos horarios simultáneamente y en viajes internacionales¹ son causas habituales de pérdida de sueño. Además, el uso de luz artificial y de tecnologías portátiles por la noche², la presión cada vez mayor para rendir (y para que "nos vean" rendir) y la prolongación de la jornada laboral dificultan aún más la conciliación del sueño.
En este artículo, la profesora Vicki Culpin, catedrática de la Escuela Internacional de Negocios Hult, comparte los resultados de su reciente investigación sobre la influencia de la calidad del sueño en la vida laboral.
Tradicionalmente, las organizaciones que buscan mejorar su eficacia se han centrado en desarrollar sus capacidades de liderazgo, gestionar estratégicamente su cantera de talentos, aumentar el compromiso y la motivación de los empleados y racionalizar sus operaciones. Sin embargo, en la actualidad existen numerosas pruebas que sugieren que dormir mal (tanto en calidad como en cantidad) puede afectar a las personas de diversas maneras pertinentes para el éxito de la organización. Dadas las crecientes exigencias cognitivas y físicas de los individuos en un mundo organizativo ahora VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), contar con una mano de obra que participe plenamente en la vida laboral es de vital importancia. Por lo tanto, podría decirse que las organizaciones que estén dispuestas a abordar el problema del sueño insuficiente en el contexto de la cultura individual y organizativa tendrán una ventaja competitiva.
Nuestra investigación nos brinda la oportunidad, en primer lugar, de comprender si los profesionales en activo sufren realmente una "deuda de sueño" y, en segundo lugar, de conocer cómo se manifiesta esta pérdida de sueño en un contexto organizativo.
Objetivos de la investigación:
El estudio, que se basa en anteriores investigaciones de Ashridge³ sobre los patrones de sueño de los directivos, planteaba las siguientes preguntas:
¿Cuánto duermen de media por noche los profesionales?
¿Cambia esta calidad y cantidad con la antigüedad y con la edad?
Cómo afecta la pérdida de sueño a la población trabajadora en relación con:
¿Rendimiento laboral?
¿Vida social y emocional?
¿Salud física?
¿Cambia con la antigüedad y/o la edad?
Resultados de la investigación:
Calidad y cantidad de sueño
Según un estudio reciente de la Academia Americana de Medicina del Sueño, el número mínimo de horas de sueño necesario para un adulto sano es de 7 horas (con un intervalo recomendado de entre 7 y 9 horas), pero los participantes en la encuesta sólo durmieron una media de 6 horas y 28 minutos. Los más veteranos, los que ocupan puestos de director general, presidente y alto directivo, durmieron una media de sólo 6 horas y 20 minutos por noche, mientras que sus colegas más jóvenes (mandos intermedios, especialistas profesionales, directivos de primera línea y los que no tienen responsabilidades de gestión) lograron dormir 10 minutos más (6 horas y 30 minutos). Aunque los altos cargos duermen menos que sus colegas de menor rango, la diferencia es menor de lo que cabría esperar, y ambos grupos, independientemente de su antigüedad, duermen menos de lo recomendado para un adulto sano.
Si se observa la cantidad de sueño declarada por las distintas categorías de edad, la tendencia es mucho más clara: las personas de 20 a 34 años declaran la mayor cantidad de sueño (6 horas y 47 minutos), las de 35 a 49 años una media de 6 horas y 24 minutos, y las mayores de 50 años la menor cantidad de sueño (6 horas y 19 minutos).
Efectos de la pérdida de sueño en el rendimiento laboral
Muchos de los profesionales que completaron esta encuesta declararon que la pérdida de sueño les afectaba, sobre todo cuando realizaban tareas que requerían una atención sostenida. De los 30 aspectos del comportamiento cognitivo evaluados en la investigación, los resultados indican que las funciones de control ejecutivo de la toma de decisiones, la creatividad, el procesamiento, la adaptabilidad, el aprendizaje y el control de las emociones, realizadas por la corteza prefrontal del cerebro, se ven muy afectadas por la pérdida de sueño.
Diferencias generacionales y de antigüedad en el efecto de dormir mal
Curiosamente, los trabajadores de más de 50 años declararon dormir menos que sus colegas más jóvenes, y también declararon sistemáticamente que el sueño afectaba a su rendimiento profesional, su salud física y su vida social y emocional sustancialmente menos que a los trabajadores más jóvenes. Además, los trabajadores con más antigüedad en la organización y con responsabilidades de alta dirección también declararon que su rendimiento profesional, su salud física y su bienestar emocional y social se veían menos afectados que los que ocupaban puestos más bajos en la jerarquía organizativa.
Repercusiones empresariales de la falta de sueño
La falta de sueño parece ser una característica cada vez más frecuente del entorno laboral actual para los profesionales de todas las organizaciones. Esta investigación pone aún más de relieve la necesidad de cuestionar la cultura empresarial de la falta de sueño. Las medidas más importantes que pueden adoptarse son la sensibilización, la comunicación de los retos de la privación del sueño y la apertura de debates sobre el sueño.
Es habitual que los jefes y compañeros consideren que la falta de concentración o motivación, la irritabilidad y la mala toma de decisiones se deben a una mala formación, a la política de la organización o al entorno de trabajo. La respuesta podría ser mucho más sencilla: la falta de sueño. Este informe es una llamada a la acción y ofrece una oportunidad para que los individuos, los responsables del desarrollo de otros y las organizaciones comprendan las formas en que la pérdida de sueño afecta a los empleados y empiecen a abordarlas para mejorar la longevidad y el éxito individual y de la organización.
Esta infografía, basada en un estudio sobre el sueño realizado por Escuela Internacional de Negocios Hult, pone de relieve los peligros que la falta de sueño puede tener en el rendimiento laboral de los empleados.
Fuentes:
¹ Sack, R., Auckley, D., Auger, R., Carskadon, M., Wright, K., Vitiello, M. y Zhdanova, I. (2007) Trastornos del ritmo circadiano del sueño: Part 1, Basic principles, shift work and jetleg disorders. Sleep, 30,1460-1483.
Lanaj, K., Johnson, R. y Barnes, C. (2014) ¿Empezamos la jornada laboral ya agotados? Consequences of late-night smartphone use and sleep. Comportamiento organizativo y procesos de decisión humana, 124, 11-23.
Culpin, V. y Whelan, A. (2009) The wake-up call for sleepy managers. 360° The Ashridge Journal, primavera, 27-30.
Watson, N., Badr, M., Belenky, G., Bliwise, D., Buxton, O., Buysse, D., Dinges, D., Gangwisch, J., Grandner, M., Kushida, C., Malhotra, R., Martin, J., Patel, S., Quan, S. y Tasali, E. (2015) Recommended amount of sleep for a healthy adult: Una declaración de consenso conjunta de la Academia Americana de Medicina del Sueño y la Sociedad de Investigación del Sueño. Sleep, 38, 843-844.
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