Esta época del año es conocida por sus apetitosos platos principales, sus deliciosos dulces y sus generosas raciones. Con el Día de Acción de Gracias a nuestras espaldas y la temporada navideña en pleno apogeo, la tentación de comer en exceso -o de ingerir golosinas ricas en grasas y azúcares- se cierne sobre nosotros. Sorprendentemente, la forma más fácil y menos estresante de evitar el aumento de peso puede que no sea hacer ejercicio o dieta, sino simplemente dormir lo suficiente.
Dormir menos = Pesar más
Varios estudios han puesto de manifiesto la misma correlación marcada y sorprendente: Las personas que sufren privación de sueño son mucho más propensas a comer en exceso.
A estudio de la Asociación Americana del Corazón descubrió que cuando la gente dormía incluso 2/3 de su cantidad normal consumieron 500 calorías más que cuando estaban bien descansados, mientras quemaban la misma cantidad de calorías caminando y moviéndose. Estas personas serían propensas a ganar mucho peso con el tiempo.
Otro estudio realizado por la Universidad de Colorado descubrió que incluso la privación de sueño a corto plazo puede tener un marcado impacto en el peso. Los investigadores controlaron cuidadosamente a un grupo de sujetos durante dos semanas. Una semana durmieron nueve horas y la siguiente sólo cinco. El estudio descubrió que, en el transcurso de sólo una semana, las personas que dormían cinco horas por noche aumentaron un kilo.
¿Qué relación hay entre el cansancio y la grasa?
Las personas que duermen menos no sólo comen más que las que están más descansadas; también comen peor, consumiendo más hidratos de carbono y más alimentos grasos.
A estudio realizado en la Facultad de Medicina de Harvard se propusieron determinar por qué podía ser así. Midieron las ondas cerebrales de varios voluntarios mientras les mostraban imágenes de alimentos saludables (como verduras) y no saludables (como hamburguesas con queso y dulces). Descubrieron que las personas somnolientas mostraban menos actividad en el córtex prefrontal ventromedial, una parte del cerebro encargada de inhibir y controlar los sentimientos y comportamientos, cuando miraban la comida poco sana. ¿Qué significa esto? Significa que cuando la gente tiene sueño, es menos capaz de resistir la tentación de una comida deliciosa pero que engorda.
Además de alterar el control de los impulsos, la somnolencia crónica también puede alterar ritmos circadianos y los equilibrios hormonales de las personas, lo que puede alterar su apetito y sus horarios de comida.
¿Cuáles son las implicaciones a largo plazo de esta correlación?
Los riesgos para la salud y el peso de las personas que duermen poco son evidentes. Según un estudio, los trabajadores por turnos, es decir, los que trabajan durante la noche, ganan más peso que los demás. También, mujeres cansadas son más propensos a comer en exceso que los hombres cansados. De hecho, cualquiera que no duerme lo suficiente puede comer en exceso y engordar kilos de más.
Esta correlación podría ser especialmente importante para las personas con apnea del sueñoLa apnea del sueño es un trastorno del sueño que impide a los pacientes pasar una noche tranquila y provoca fatiga crónica. Está muy bien establecido que la obesidad es un factor de riesgo de la apnea del sueño; estos estudios implican que la apnea del sueño también puede causa aumento de peso también.
Plan de juego para las vacaciones
Nuestro consejo número uno: dormir lo suficiente¡! No sólo notará los beneficios en su cintura, sino que también mejorará su estado de ánimo, su concentración y su salud en general.
Así que estas fiestas, relájese, coma bien y relájese.
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Fuentes:
Tiempo
WebMD
Psychology Today
National Post
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Crédito de la foto: D Sharon Pruitt